Saturday, 18 July 2020

Consejos Para Viajar A Roma



La ciudad eterna es sin duda uno de los destinos favoritos de todos los españoles. Repleta de lugares que visitar ofrece la posibilidad de descubrir nuevas cosas cada vez y además está muy cerca. Ya sea para una inmersión cultural en toda regla o para una simple escapada de fin de semana Roma nunca defrauda. Todos empezamos planteándonos qué hacer en Roma, qué visitar, pero incluso antes de eso, antes de descubrirla por primera vez, no está mal hacer un trabajo previo sobre qué nos vamos a encontrar y cuál es la mejor manera de poder disfrutar a tope. No en vano Roma es la cuarta ciudad más grande de toda Europa y en su casco urbano acoge a más de tres millones de personas. Las cosas pueden cambiar mucho en función de pequeños detalles, así que vamos a exprimir nuestra experiencia y contaros lo que aprendimos de ella.








¿CÓMO LLEGAR A ROMA?

No está al lado, pero desde determinados lugares no es una barbaridad plantearse ir en coche. De Barcelona, por ejemplo, dista unos 1.400 kilómetros, claro que con Marsella, Cannes, Mónaco, Génova o Florencia de por medio puede que nos perdamos por el camino. Otra opción es un crucero. El puerto de Civitavecchia está a apenas tres cuartos de hora del centro, aunque este tipo de turismo no suele dejar mucho tiempo para visitar la ciudad, y si no queremos crucero algunas ciudades como la propia Barcelona nos ofrecen ferrys en los que incluso podemos alojar nuestro coche por precios muy económicos. Aún así lo normal es que la mayoría lleguemos en avión.


Roma cuenta con dos aeropuertos. El de Ciampino, pequeño pero cercano, a apenas media hora del centro, es un paraíso para las low cost y tiene varias conexiones con ciudades españolas.  Y el aeropuerto más grande, el de Fiumicino-Leonardo da Vinci, a algo más de 30 kilómetros, pero muy bien comunicado y que acoge la mayoría de los vuelos que llegan desde España. Os hablaremos de este último, ya que fue el que nosotros visitamos.

¿CÓMO LLEGAR DESDE FIUMICINO HASTA ROMA?

Fiumicino está muy bien indicado. Alguna señal puede jugar al despiste, pero en general es fácil moverse por sus pasillos. Nada más bajaros del avión y llegar a las salas de recogida del equipaje, unos grandes paneles os ofrecen información sobre las diferentes maneras de llegar a la ciudad.


Podéis escoger entre las siguientes modalidades:

-         Taxi: el precio oficial del transporte a, o desde cualquier lugar de Roma intramuros es de 48 euros a Fiumicino y 30 a Ciampino ahora mismo (suponemos que irá subiendo). Es muy fácil saberlo, ya que además de encontrar la información en las pantallas del aeropuerto, casi todos los taxis de la ciudad llevan en alguna de sus puertas una gran pegatina con los precios, así que un problema menos. Aunque suba siempre podréis saber cuál es y cuándo os están queriendo timar.


-          Autobús: varias compañías ofrecen el servicio y aquí los precios sí que oscilan en función de cuál sea el recorrido, la parada o el tiempo que tarde. Desde las tres terminales con las que cuenta el aeropuerto está perfectamente señalizado cómo llegar y hay varios mostradores de información. No es el servicio al que hemos recurrido y no podemos hablar en primera persona, pero en internet hay bastante información y os podemos decir que en nuestra estancia en Roma nos cruzamos con varios autobuses de Terravisión, que es una de las compañías más populares y cuyos traslados, según ellos mismos anuncian, arrancan en los cuatro euros.


-          Tren: De largo este es el servicio más rápido y cómodo, aunque puede que no siempre el más económico. Fiumicino cuenta con una pequeña estación de tren al otro lado de las terminales. No tendréis que salir a la calle para llegar a ella, ya que se encuentra unida a los principales edificios mediante una serie de túneles. Una vez en la estación puedes escoger entre uno de los trenes regionales que efectúan diversas paradas y que cuestan menos de diez euros o uno de los transportes más populares, el Leonardo Express.


Se trata de un tren directo que une Fiumcino y Termini, la estación central de tren de Roma en exactamente 32 minutos. No tiene paradas y sale puntual cada quince minutos aproximadamente desde muy pronto y hasta muy tarde. El billete cuesta 14 euros si lo compras en la pequeña estación del aeropuerto, aunque en otros lugares del recinto también os lo venderán, normalmente con un euro más de tasas. Guardad el billete, porque el revisor os lo pedirá. La peculiaridad, no de este, sino en general de todos los transportes en Roma, es que no funciona por viaje, sino por tiempo. En el caso del Leonardo Express una vez que compréis el billete tendréis 90 minutos para subiros al tren. No importa si el que estaba en la estación justo cuando llegáis se marcha, podéis subir al siguiente.


Esto mismo se aplica para el otro sentido. En Termini el billete lo podéis comprar en las máquinas de la estación, que están en perfecto español, así que no os liareis. Siempre os pedirá que señaléis la hora del tren en el que queréis viajar y ya con el billete en la mano sólo queda acercaros al andén.


-          Vehículo privado: es otra de las maneras de viajar desde el aeropuerto. Es también muy cómodo y personalizado, ya que os dejará dónde queráis. Está claro que será algo más caro, pero si viajáis varias personas puede que no suba tanto el precio. Está bien llevarlo previsto desde casa, pero según lo que nosotros vimos en las terminales, hay gente ofreciendo el servicio allí mismo.

¿DÓNDE ALOJARSE EN ROMA?

Pues sí, como ya hemos dicho Roma es muy grande y hay muchas cosas que visitar que están muy dispersas, pero si queremos encontrar un alojamiento céntrico que nos permita ir andando a muchos sitios y que no se nos vaya de precio, no deberíamos tirar la toalla tan temprano. Lo primero que hay que decir es que hay cientos de hoteles, en cada esquina. Las posibilidades de alojamiento son casi infinitas y adecuadas para todos los bolsillos, en eso Roma es genial. Para alojarnos podemos trazar en el mapa una línea recta imaginaria entre el metro de Repubblica y la Piazza Navona. Todo eso es centro (cuando más hacia Navona mejor) y, si bien no es lo mismo un sitio que otro, nos permitirá hacer muchos recorridos a pie. Para que os hagáis una idea nosotros nos quedamos en la vía Nazzionale, cerca de Republicca y estábamos a no más de 15 minutos andando de la Fontana de Trevi, el Coliseo, la basílica de Santa María Maggiore o la Piazza Venezia y a algo más, pero también razonable de otros muchos lugares. Además pasear por cada calle de Roma es una delicia, así que tomadlo con calma. Por si os sirve nuestro alojamiento fue el Hotel Boutique Nazionale, un hotel de tres estrellas que cumplía a la perfección con su cometido.

Habitaciones grandes y espaciosas con aire acondicionado, silencioso pese a la ruidosa vía contigua y lo cierto es que fueron muy amables con nosotros. Uno de los recepcionistas hablaba un perfecto español y solucionó todas nuestras dudas. Tienen algo que no habíamos visto nunca, un teléfono móvil en la habitación con el que se pueden hacer llamadas gratuitas (incluso a España) y que te puedes llevar a la calle para usarlo como si fuera el tuyo, incluyendo por supuesto internet.


El desayuno es servido a diario en la habitación a la hora que tú elijas. Quizá podría ser más contundente, pero nos damos por satisfechos.


¿CÓMO FUNCIONA EL TRANSPORTE PÚBLICO EN ROMA?

Pese a tener un alojamiento céntrico sigue habiendo lugares muy distantes y en Roma se camina mucho. Si además hacéis la visita, como en nuestro caso, en pleno verano con temperaturas sobre los 35 grados, puede que caminar no sea siempre la mejor opción. Aquí van algunos consejos basados en nuestra experiencia sobre el transporte público. En la ciudad hay tres líneas de metro, muy pocas en comparación con otras grandes urbes. Y es que en Roma tienen el problema de que cada vez que abren una zanja surge un pedazo de historia (si es que eso es un problema). El metro es rápido, nuevo y funciona bien, como en casi cualquier otra ciudad. Las estaciones están bien señalizadas y si ya habéis probado este transporte en otros lugares no os costará nada adaptaros.


A la entrada hay máquinas en las que podréis comprar vuestro billete individual o abonos. El billete individual cuesta un euro y medio y durante 100 minutos lo podréis combinar con cualquier otro transporte, autobús o tranvía, así que podéis llegar a prácticamente cualquier sitio. Eso sí, si salís del metro no podréis volver a entrar con él (sí podréis coger otro transporte o cambiar de línea de metro, pero sin salir de las estaciones). El hecho de que funcione por tiempo convierte al billete individual en una opción muy interesante, salvo excepciones, más interesante que los abonos. En ningún transporte de Roma, excepto en el Leonardo Express, encontramos revisores, pero por supuesto es necesario conservar el billete hasta el final, aunque no hay que volver a pasarlo por ninguna máquina para salir del metro.


Por su escasez de líneas, si bien es cierto que el metro llega a muchos lugares turísticos, también hay otros muchos a los que ni se acerca, así que habrá que considerar los autobuses y los tranvías. Aviso, los primeros suelen ir repletos, pero es verdad que son fáciles. No dudéis en acudir a las oficinas de turismo, allí pueden daros un mapa de toda la zona centro que incluye todas las paradas y las líneas que pasan por cada una. También os pueden ayudar con algún recorrido en concreto.


Es muy importante que sepáis que el billete no se compra nunca en el autobús, sino en estancos o quioscos cercanos. Vamos que al autobús se entra con el billete comprado. En el interior sólo hay máquinas para timbrar esos billetes si les falta poco para caducar, o para pasar la Roma Pass si es necesario, pero nadie os los pedirá para subiros. En los autobuses hay no menos de tres puertas y os podéis subir y bajar sin dar explicaciones por cualquiera. El billete lo necesitaréis en caso de que haya revisor. Por lo demás funciona como en el metro, podéis combinarlo con otros métodos de transporte durante un tiempo determinado. Moverse por el centro es fácil, porque suele haber varias líneas cuyo recorrido se ajuste a vuestras necesidades, así que la espera no se hace muy pesada. Sabed que en las paradas no se guarda una cola ni vale el orden de llegada. Cuando aparezca el autobús, todos arriba, aunque vaya abarrotado.


¿CONVIENE COMPRAR UNA ROMA PASS?

Pues como todo, depende. La Roma Pass es una tarjeta turística que cuenta con dos modalidades. La de 48 horas y la de 72. La primera incluye la entrada a un museo o lugar de visita de entre una amplísima lista a elegir y transporte público ilimitado durante 48 horas. La segunda exactamente lo mismo, salvo que en este caso el transporte es durante 72 horas y las entradas incluidas son a dos lugares en vez de a uno. En su web tenéis la lista completa de lugares incluidos y es importante que la consultéis porque en nuestra experiencia la tarjeta sólo será rentable si consumís esas entradas y realmente vais a usar el transporte público.  La Roma Pass no incluye la visita al Vaticano o el ascensor panorámico del monumento a Vittorio Emanuele, pero sí la entrada al Coliseo o a Villa Borghese, dos buenos ejemplos de lo que sería rentabilizar la tarjeta, porque además en el Coliseo evita colas que pueden ser brutales.


Cuidado porque hay museos incluidos que en realidad tienen una entrada muy barata, así que utilizad la tarjeta para los lugares más caros. Lo cierto es que la Roma Pass se ha convertido en muy popular entre los turistas y también ofrece descuentos en un montón de servicios, cines, teatros o autobuses turísticos que podéis encontrar en su web. La duración de la tarjeta comienza a contar desde el momento en el que la utilicéis por primera vez. La de 48 horas cuesta 28 euros y la de 72 cuesta 38'50 euros.

Pues con todo esto ya estáis preparados para lanzaros a conocer Roma. Todo lo que os contamos está basado en nuestra experiencia. No os hablamos mucho de Ciampino porque no hemos estado allí, ni de los taxistas porque no hemos cogido ningún taxi, pero sí que nos movimos bastante, así que esperamos que la información os sea útil y si tenéis cualquier duda sabed que aquí están unos amigos si os podemos ayudar. Abajo os dejamos, como siempre, algunos enlaces que quizá puedan ser útiles.






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